Nature has always awakened my curiosity and my desire to observe, to learn. As a child I used to take long walks in the forest, get lost in the trees, watch the birds, pick stones, follow the ants, play with sticks, make bouquets of flowers and much more. I have always wanted to create, to imagine, to capture, to do something with my hands.

In 2012, recovering part of this essence, I decided to collect many varied flowers and put them to press as I used to do as a child. I started making necklaces with transparent cameos combined with flowers and fabrics.
Over the years I have realized that I wanted to make other types of jewelry, more worked, with flowers in volume, as I found them. I wanted them to be minimalist, of quality, to highlight the flower above all else, and that's how I started.

There came 2 years of imagining and thinking, of searching, of testing, of knowing, of proposing, of making mistakes, of rectifying, of trying again... I decided to take the slowest path, that of self-learning. A path on which everything depends on you.

And here I am, after years of working, with the jewels I once imagined.

La naturaleza siempre ha despertado mi curiosidad y mis ansias de observar, de aprender. Ya de pequeña solía dar largos paseos por el bosque, perderme entre los arboles, observar a los pájaros, recoger piedras, seguir a las hormigas, jugar con palos, hacer ramos de flores y muchas cosas más. Siempre he tenido ganas de crear, de imaginar, de plasmar, de hacer algo con mis manos.

En el año 2012, recuperando parte de esta esencia, decidí recoger muchas flores variadas y ponerlas a prensar como solía hacer de pequeña. Me puse a hacer collares con camafeos transparentes combinados con flores y telas.
Con los años me he dado cuenta de que quería hacer otro tipo de joyas, más trabajadas, con flores en volumen, tal cual las encontraba. Quería que fueran minimalistas, de calidad, que destacara la flor por encima de todo, y así empecé.

Vinieron 2 años de imaginar y pensar, de buscar, de probar, de conocer, de plantear, de equivocarme, de rectificar, de volver a probar... Decidí coger el camino más lento, el del autoaprendizaje. Un sendero en el que todo depende de ti.

Y aquí estoy, después de años trabajando, con las joyas que un día imaginé.